Un torneo visto desde dentro: el Oslo Open 2017 (II)

He aprovechado la mañana de hoy para probar la segunda parte del campo de Stovner Disc Golf Park en su versión para el Oslo Open 2017.

He creído que un domingo a las diez de la mañana me garantizaría estar solo en el campo, pero no ha sido así. Nada más aparcar el coche en el aparcamiento del colegio que tiene en sus instalaciones dos campos de disc golf, ya he visto a varios grupos de jugadores practicando. La mayoría en el campo corto, pero algunos ya en los primeros hoyos del campo de 18.

He cogido mi mochila y me he dirigido directamente al hoyo #10, para terminar de probar el nueve trasero y sus cambios.

El #9, panorámica y green
El noveno hoyo sigue siendo el mismo, y no hecho más que comprobar que mi táctica de hace dos años seguiría sin cambiar. El hoyo diez tiene ahora una línea de OB a la derecha de la calle que lo complica bastante más y que seguramente va a suponer un problema para más de un jugador. El once sigue siendo idéntico, un anhyze muy fino con un grupo de árboles delante y a la derecha del green.

El trece es un hoyo nuevo, con un tee marcado en un asfalto poco nivelado que complica el movimiento en el drive. Con una calle estrecha y con OB a la izquierda, este par tres va a ser un difícil birdie para la gran mayoría de los jugadores. Incluso si tener la canasta puesta, me da la impresión de que veremos unos cuantos bogeys en cada una de las rondas.
El #13, calle vista desde el green (con circulo de 5m)

El catorce es un poco más corto que su versión de hace dos años, pero es un par tres bastante complicado, sobre todo si los organizadores no limpian los alrededores de un green que están llenos de maleza y que tienen la hierba demasiado alta.

El quince sigue siendo el mismo. Las líneas de fuera no estaban marcadas y no ha sido fácil visualizar la línea de vuelo sin verlas. Creo que este año voy a jugarlo más cerrado, arriesgando más por la derecha de la calle y dándome tal vez más opciones de llegar a la isla-green en un posible segundo lanzamiento.

Los tres últimos hoyos siguen siendo iguales. Los dos primeros posibles birdies, el #16 más claro que el #17, que tiene mucho más riesgo con el viento en contra por el OB a lo largo del lado derecho de su calle.

El #14, nada fácil de encontrar un disco cerca del green
El #18 seguirá siendo, como siempre, un hoyo muy peligroso que destrozará rondas. Hoy me he dedicado a encontrar la forma de asegurar un par de la manera más fácil posible, una tarea nada fácil. Creo que no es una mala idea, estadística y tácticamente hablando, apuntar en 3 en cada una de las rondas. Hace dos años la media de birdies en este hoyo rondó los cuatro por ronda, algo poco probable teniendo en cuenta que se hicieron 100 intentos en cada una de ellas menos en la final, en la que ninguno de los cuarenta y ocho jugadores apuntó un birdie.

Tras dos horas y media de entrenamiento, di por terminada la sesión y me subí al coche para volver a casa. Lo bueno de tener un torneo de este tipo en tu ciudad es que tienes la posibilidad de probar el campo varias veces antes de la competición. La próxima semana tengo pensado hacer dos rondas completas, la primera probando y repitiendo algún lanzamiento, la segunda como una prueba final antes del torneo.

Artículo sobre mi entrenamiento de la semana pasada.

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