Un islandés visita los campos de Oslo
Hace
apenas dos semanas escribí un artículo sobre mi nuevo mini marcador como
punto de referencia de la visita de un discgolfista a Oslo. En el artículo explicaba
brevemente el porque de la predisposición que tenemos los discgolfistas para
hacer de anfitriones cuando nuestros colegas visitan nuestras ciudades. Hoy he
tenido la oportunidad de hacerlo de nuevo.
Estas
vacaciones las hemos pasado en la montañas noruegas y a pesar de estar
desconectado del mundo digital, he recibido algún que otro mensaje de la
civilización. Uno de ellos ha sido el de Bogi Bjarnason, uno de
los mejores jugadores islandeses y asiduo ya al Open de España en Oviedo, en el
que ya ha participado dos veces. En su mensaje me comunicaba que estaría unos
días en Oslo y me preguntaba se quería jugar una ronda con el. Le he contestado
que volvería a Oslo el sábado y que me encantaría compartir una ronda con el.
La
noche del sábado chateamos por Facebook y decidimos jugar en el campo de
Muselunden el domingo temprano, horas antes de su vuelo de vuelta a Islandia.
A las
diez de una mañana gris y triste nos encontramos en la salida del primer hoyo y
tras un precalentamiento demasiado corto, empezamos una ronda en la que estuvimos totalmente
solos. Bogi, que ha vivido unos años en Suecia, domina el sueco y con mi
noruego nos comunicamos sin problemas, con lo cual la ronda se ha convertido en una
larga conversación en la que, de vez en cuando, lanzamos algún que otro disco.
Mister
Bjarnason, siempre muy competitivo, avanzaba siempre se ha pasado la ronda intentando arrancarme
lanzamientos donde veía una oportunidad, mientras que yo me dedicaba a hacerle todo
tipo de preguntas para conocer un poco más a fondo a este discgolfista
islandés.
Bogi
trabaja como manager de un par de bandas de rock islandesas, algo que combina
con el disc golf, su gran pasión. Esta Semana Santa la ha pasado en Oslo porque
sus bandas han dado conciertos en el festival de rock Infernofestivalen, y la
última jornada la ha aprovechado para jugar el campo de Muselunden.
El disc
golf se instaló en en Islandia hace unos quince años, y ha tenido un
crecimiento brutal los últimos cinco. Según Bogi, existen alrededor de unos 5.000
asiduos que utilizan los 30 campos que existen ya en el país. Una cifra muy
seria teniendo en cuenta que esta isla está habitada por unas 350.000 personas.
La
mayoría de los campos son de nueve hoyos, y solo existe uno de 18, en el que se
este verano se celebrará el Iceland Solstice Showdown, el
torneo más importante del país esta temporada.
Aunque
solo ha practicado el frisbee golf durante dos años y medio, Bogi ya ha jugado
un gran número de campos, tanto en Europa como en USA, siempre beneficiándose
de sus viajes como manager de rock bands. Entre sus favoritos están Järva
(Estocolmo), La Mirada (Los Angeles) y Virpiniemi (Oulu) todos exponentes de lo
que es un campo variado tanto en orografía como en la longitud de sus hoyos.
El
tiempo vuela cuando te diviertes, y a las once y media he notado que Bogi
estaba un poco preocupado por su vuelo, aunque a dos hoyos del final de la
ronda no vimos necesidad de un cambio de ritmo de juego.
En el
hoyo 17 Bogi casi ha encestado una aproximación de 50 metros, tras la cual me ha
comentado que el vuelo de su disco le ha recordado al de alguno de sus hoyos en
uno, que en su caso son ya 35. Su comentario me ha ha hecho gracia, no por el
número en sí, si no por el detalle de saberlo, ya que yo no tengo ni idea de
cuantos he hecho.
A las
doce menos cuarto hemos finalizado una ronda que ha sido muy entretenida, y en la
que he tenido la oportunidad de conocer a la persona detrás del discgolfista,
algo siempre muy interesante. He jugado bastante bien, y salvo un par de fallos
que me han dejado con sendos bogies, mis birdies me han permitido terminar nueve bajo par. Bogi, por su lado, ha terminado su ronda sobre par, y aunque se ha ido un poco tocado a nivel
deportivo, ha pasado un gran rato.
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Al
terminar lo he llevado hasta la estación para tomar el tren de alta velocidad
al aeropuerto a las afueras de Oslo para volver a Reykjavik. Sus últimas palabras han sido : “Nos
vemos en el Open de España 2018”, ya que para el, nuestro torneo marca el
inicio de su temporada de disc golf. Así
será…