El Campeonato de Europa 2014 en Ginebra (mi lectura)

Foto: Kai Vesa
Ha pasado ya casi una semana desde la ceremonia del sábado tarde y todavía estoy saboreando la victoria. Ha sido probablemente el torneo en el que he tenido más regularidad en mi carrera como discgolfista. No recuerdo mis rondas en el Campeonato de Europa de 2003 en Beaminster, donde conseguí la plata en la categoría Open, pero creo las de Ginebra han sido un poco mejores.

Resultado aparte, estoy muy contento por dos razones: el haber superado una lesión que no me ha permitido jugar ni siquiera una ronda desde mediados de junio hasta el torneo, y que la planificación de mi temporada ha funcionado a la perfección incluso con una lesión de esa índole. El objetivo ha sido siempre el Campeonato de Europa (ver artículo anterior), el resto de los torneos han servido como simples pruebas para analizar mi juego y técnica. He jugado en la categoría Open en el Tour noruego, en la masters en el Abierto de Copenhague y he terminado, como había planificado, en la Grand Masters en el Europeo de Ginebra. La estrategia ha funcionado a la perfección, incluso después de que Per Gylle ganase en Copenhague, aunque en categoría Grand Master, y me sacase 16 lanzamientos en dos rondas convirtiendose así en el gran favorito para el Campeonato de Europa. En Ginebra he conseguido abstraerme de eso y bastante más, para hacer cuatro buenas rondas.

Solo he jugado 53 rondas desde octubre de 2013, una media de aproximadamente 5 rondas por mes, que es muy, muy poco. Esto significa que el resto de mi entrenamiento funciona a la perfección. La filosofía de “poca ronda y mucho campo de entrenamiento” me ha dado un campeonato de Europa y es, seguramente, una forma super-efectiva de optimizar tanto técnica como entrenamientos.

De todas formas creo que la parte más importante de mi juego en Ginebra ha sido la mental. He conseguido abstraerme del resultado global de cada ronda y he jugado lanzamiento por lanzamiento. He utilizado mi energía en hacer cada lanzamiento lo mejor que he podido y me he concentrado en evitar fallos innecesarios. Además he conseguido disfrutar del juego de mis adversarios y alegrarme de sus buenos lanzamientos, lo que me ha generado mucha energía positiva y ha creado buen ambiente en todos los grupos en los que he jugado. En la última ronda no tenía idea de mi resultado hasta el último hoyo. He jugado al máximo hasta el final.


Esta faceta del juego es la que ignoran la mayoría de los jugadores, y es probablemente la más importante. Muchos saben lanzar, muy pocos competir.

Ginebra, como experiencia, ha sido inolvidable. Tener la oportunidad de seguir a Carlos e Iván ha sido fantástico y además me ha permitido olvidar mi juego e intentar ayudar a otros. Estar con ellos en la ceremonia del sábado y en la posterior cena es algo que recordaré el resto de mi vida. La semana que España por primera vez participó en un campeonato de Europa, un sueño convertido en realidad.

La siguiente parada es el Campeonato de España, no va a ser fácil, los locales mejoran cada día y Carlos e Iván ya tienen experiencia en un gran torneo y un campo muy difícil. Los campos de Oviedo acortan distancias entre jugadores y la batalla por los títulos va a ser dura….

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