El viernes, como ya es costumbre en Benesov, hemos despertado con sol y calor, y esta mañana incluso con más de lo ya habitual. En la tercera ronda nos ha tocado jugar al final de la mañana, cerrando la jornada, con lo que hemos jugado con mucho calor y una humedad muy alta. Mi grupo ha estado compuesto por el estonio
Eno Juul, el autríaco
Arno Lingenhel y el alemán
Ralf Schlotterbeck, otro grupo de jugadores amables y relajados. Mi objetivo ha sido el mismo que en rondas anteriores, mejorar mi resultado y estabilizar mis lanzamientos, sobre todo los putts. Antes de la ronda me he pasado media hora en la canasta de entrenamiento intentando interiorizar la técnica de mi putt, y esta vez parece que ha funcionado.
He tenido un comienzo verdaderamente bueno y he anotado birdies en los seis primeros hoyos. Un birdie-alley nada despreciable. Tras par en el #7 y otro gran birdie en el #8, he anotado un
-7 en los primeros ocho hoyos. Cuando uno empieza de esa manera el problema suele ser mantener la fe en el buen juego, algo que he logrado conseguir hasta el largo hoyo #9. En esa calle, en la que la primera parte desemboca en una esquina de 90 grados con OB a su izquierda y matorrales a su derecha, he decidido cambiar de estrategia y he optado por un revés en lugar de un roller. Mi lanzamiento ha terminado entre los arbustos de la derecha. A pesar de todo, he hecho un lanzamiento raso y a unos 20 centímetros por encima del césped que ha volado a la perfección y se ha puesto en medio de la calle, en la posición ideal para anotar un par, seguramente mi mejor recuperación del torneo. Viendo la posibilidad de salvar el par, he sacado un Saint de mi mochila, un disco que controlo bastante bien. Antes del lanzamiento he notado mucha humedad en la mano y he intentado secarla con la toalla, pero el lanzamiento se ha quedado pegado a mi piel y ha salido demasiado tarde. El disco se ha ido a la derecha de la canasta y ha terminado en unos matorrales que me han obligado a hacer dos lanzamientos para llegar al green, con lo que he anotado un doble bogey. Tras tanto birdie, el doble bogey ha sido duro de asimilar, pero he reseteado mis pensamientos y me he decidido por seguir con calma y paciencia. No ha sido fácil, pero un par en el complicado #10 y un birdie en el #11, me han devuelto la tranquilidad. El resto de la ronda ha sido bueno también. Pares en el #12 y el #13, tres nuevos birdies en el #14, #15 y #16, par controlado en el traicionero #17 y un final de ronda con birdie en el #18. Gran ronda, la mejor de la jornada en mi categoría. Un total de -10 (52) que me ha dejado en una quinta posición y muy alegre al ver que había recuperado mi nivel de juego.
Vere ha seguido como en las dos rondas anteriores, y no ha conseguido acercarse más al par del campo, anotando el tercer 65 del torneo, una regularidad absoluta y asombrosa. Esta ha sido su última ronda en el Europeo, ya que el corte ha sido de 16 jugadores para jugar la cuarta y última ronda. No le ha importado mucho ya que ha comentado que notaba el cansancio de cinco días jugando y que evitar la final ha sido seguramente lo mejor para sus rodillas.
En Franz Ferdinand, Fede y Manolo han jugado también sus últimas ronda del torneo. Fede ha seguido con su gran regularidad y ha anotado otro 69 (+3) para terminar 74 en la general. Manolo ha terminado con un 84 (+18) y ha quedado en una 99 posición. Ambos han terminado muy contentos con su experiencia disfrutando de un campo verdaderamente único.
El viernes hemos cenado los cuatro en el restaurante que está pegado al campo y hemos disfrutado de otra velada muy amena con Yoya, mujer de Vere y madre de Aida, la jugadora de Team CRK a la que hemos echado de menos toda la semana.