Discgolfeando y de campos: Irrisarriland

Tras meses con ganas de conocer a Mikel Ibarrola e Irrisarriland, y aprovechando mi viaje al Open de España 2020, el sábado 29 de Febrero puse rumbo a Navarra y Santesteban para visitar unas instalaciones de las que sabía únicamente por las comentarios que me habían hecho los jugadores asturianos que las habían visitado.

La historia no tuvo un buen comienzo, ya que en mi viaja de Oslo a Bilbao, Air France dejó mi maleta en Paris durante la escala de una hora en la capital parisina, algo que conllevó una gran pérdida de tiempo en al aeropuerto de Bilbao y un retraso en la recogida de un coche de alquiler que tampoco fue muy agradable. En resumen, es mas que probable no alquile otra vez en Gold Car

Con más de hora y media de retraso puse rumbo a Navarra en una tarde gris y muy, muy lluviosa. Afortunadamente, El viaje fue muy ameno, porque las condiciones climatológicas me mantuvieron en tensión todo el trayecto, evitando así problemas de sueño tras una jornada que comenzó en Oslo a las 02:30 de la madrugada.

Al llegar a Doneztebe me paré en un bar para esperar a Mikel y tomar un café. La espera fue corta y el primer encuentro con Mikel fue la primera experiencia positiva de la jornada. Mikel es un enamorado del deporte en general y del disc golf en particular. Transmite una curiosidad natural que es contagiosa y que solo encuentro en la gente que le encanta el deporte. Tras un café que se alargó bastante mas de lo pensado, decidimos que visitaríamos uno de los parques del pueblo para sondear las posibilidades de instalar un mini campo y después  dirigirme ya al hotel y descansar tras una jornada muy, muy larga.

El domingo comenzó con un desayuno muy largo en el hotel, en el que Mikel y yo seguimos conversando e intercambiando experiencias, y de nuevo, y como debe de ser en buena compañía, nos pasó otro buen rato antes de movernos al frontón de Santesteban para conocer un poco la cultura de la pelota vasca. Mikel me ha hecho una pequeña introducción al laxoa o guante, que es probablemente el juego más antiguo de la pelota vasca, todavía vivo en los valles navarros de Baztan y Malerreka. Me gustan todos los deportes, y tener la oportunidad de ver algo tan especial en compañía de una persona que lo conoce y que contesta a todas mis preguntas ha sido toda una experiencia en una mañana soleada y cálida.

Tras el master class de Mikel hemos cogido el coche y nos hemos trasladado a Irrisarriland, que está cerrado en esta época, pero que con Mikel como guía me ha abierto sus puertas. Me he encontrado con un sitio muy especial, en medio del monte y de una tranquilidad brutal. El sitio perfecto para campamentos o fines de semana activos y en familia, con actividades para todos los gustos y edades, desde tirolinas y péndulos, pasando por caballos y laser tag, hasta, faltaría más, disc golf. No tendría ningún problema en “vender” un fin de semana a mi mujer y mis hijos, e incluso nuestros compañeros de viajes de discgolf,  ya que tendríamos actividades para todos y, además, unas cabañas de gran estándar para hacer nuestra vida durante nuestra estancia en las instalaciones.


Mikel me ha enseñado gran parte de la instalaciones y he podido observar la en primera persona las posibilidades que brinda Irrisarriland para acoger eventos de todo tipo y de gran tamaño, bodas, celebraciones, congresos y convenciones, verdaderamente impresionante y algo que es perfectamente aplicable al discgolf, con alojamiento en hotel, cabañas e incluso hostal.

A media mañana cogimos unos discos y nos acercamos al campo de discgolf, que tiene su primer hoyo cerca del aparcamiento y de las oficinas centrales y que se extiende por varias de las colinas de la finca.

El campo está bien marcado, con el mapa de campo en el infoboard  al lado del primer hoyo y como debe de ser, con una señal de hoyo pegada a cada salida. Lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido la orientación de la señal, que me ha obligado a moverme demasiado cada vez que he necesitado revisar el trazado de algún hoyo. Un detalle seguramente un poco especial, pero que suele ser importante para muchos discgolfistas.

El Hoyo #1
Los primeros hoyos son todos muy abiertos, con ladera cayendo de izquierda a derecha y las canastas completamente visibles y emplazadas en greenes abiertos. Las canastas son Prodigy T3, las más básicas de la marca. Funcionan bastante bien y aunque sus cadenas son ligeras, recogen los discos forma relativamente efectiva. Son azules y en algunos hoyos no es es del todo fácil localizarlas en medio de una vegetación muy verde y frondosa.

Algunos de los greenes han sido diseñados en zonas con mucha maleza y piedras, la maleza impide a veces encontrar el disco, algo innecesario en un green, y las piedras pueden estropearlo. 

El hoyo #16
De los hoyos abiertos del principio se pasa a una zona de hoyos diseñados dentro del bosque, con calles estrechas y , de nuevo, greenes en zonas un tanto complicadas. La transición entre el front nine y el back nine, consiste en una caminata larga y dura físicamente, que marca el comienzo de los últimos nueve hoyos.
En esta parte encontramos, en mi opinión, los dos hoyos más extremos del campo, el #11 con una calle de 
extrema caída, y el #18, la carbonera, el hoyo más largo del recorrido con sus 140 metros.
Uno de las reclamos más bonitos del campo es la transición entre los hoyos #15 y #16, con el famoso puente tibetano, una experiencia muy bonita y que me recuerda el trazado del Europeo 2012 en el campo de Les Evaux en Ginebra. 

El par del campo es de 55 y su longitud de 1.400 metros. Me parece un campo desafiante, sobre todo a nivel mental por su exigencia física y por el reto que supone aterrizar de forma controlada y sin rodar en muchas de sus calles. Es un campo adecuado para jugadores experimentados, no tanto para principiantes y niños, algo que Mikel tiene muy claro y que ha solucionado invitando a familias y noveles a jugar los primeros hoyos  del campo que son más aptos para jugadores de ese nivel.

Baxi y Mikel
He dejado Irrisarriland impresionado del lugar y de su potencial para la práctica del discgolf. Estoy seguro de que seremos testigos de grandes torneos en sus instalaciones, que cubren a la perfección las necesidades de los discgolfistas y los requisitos necesarios para organizar eventos. Está además en manos de Mikel y su club, el Baxi basajauna Disc Golf, un gran embajador de nuestro deporte que, estoy seguro, va a mover el discgolf  de la mejor manera posible. He vuelto a Oslo encantado de haber tenido la oportunidad de conocer a Mikel, Santesteban e Irrisarriland, un lugar al que volveré sin duda en un futuro no muy lejano. Gracias Mikel por tu hospitalidad, me he sentido en casa desde el primer minuto.



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