Homologación de discos en la PDGA, un poco de historia
El pasado año la PDGA probó y homologó un total de 74 nuevos discos y 10 nuevos
objetivos/canastas. Desde su inicio, la PDGA ha homologado un total de 1.185
discos y 119 canastas, de las cuales 67 han sido homologadas bajo la categoría
Championship, 30 bajo la Estándar, 19 en la Básica y tres han sido registradas
como Objetivos.
Si miramos atrás, desde 1964 hasta 1978 solo
fabricaba Wham-O, la empresa
inventora del FRISBEE y todas sus
variantes. De esa época son sus modelos 119g, 141g y 165g, todos ellos
verdaderas joyas de elegante diseño y gran vuelo, y ninguno de ellos diseñados
para la práctica del discgolf. Mi favorito personal es el World Class 165g molde 80, que utilizamos durante años para tanto
el Ultimate como el Freestyle. De esa época son también los Fastbacks de todos los moldes, discos
ya con cúpula, diseñados para MTA y TRC, y por ello dotados de vuelo con gran
planeo. Mis favoritos en
esa categoría siguen siendo los moldes FB3 y FB6. Otro de mis grandes favoritos, el World Class Night Lighter 133g fue lanzado en 1979 y se convirtió en mi disco preferido al principio de mi etapa como corredor de Discathon. En 1978 salieron a la venta los primeros Midnight Flyers, que eran ya discos de perfil de Ultimate, pequeños y más pesados, y que se fueron convirtiendo en una alternativa para el discgolf. Mi primera ronda en un campo de discgolf, allá por 1982, la jugué con un Night Flyer que me dejó mi amigo Eirik Petersen.
En 1979 se fabricó el primer disco homologado que no
había salido de la fábrica de Wham-O, el Sky
Pro de Discraft un disco de 125
gramos con diseño muy parecido a los World Class de Wham-O.
En los 80 fuimos testigos del nacimiento de varios
discos clásicos. El primero fue el Skystyler
de Discraft que, en 1980 y con sus 160 gramos de plástico, se convirtió en el
disco de Freestyle por antonomasia hasta el día de hoy, un disco con el que
compartido un inmenso número de horas a lo largo de mi vida. En el 81 nació
otro disco histórico de Discraft, el Ultrastar
que poco a poco se fue convirtiendo en el preferido de los jugadores de
Ultimate. En 1982 se homologaron un total de 11 discos, el mismo número que en
los anteriores tres años, y DGA
entró en el mercado de los discos. En 1983 entró en el mercado Innova y nos
trajo su primer clásico, el Eagle, y
solo un año después vio la vida el Aviar,
otro de mis favoritos. En 1987 lanzamos los primeros Roc y Stingray, con el
último de ellos siempre presente en mi mochila en esa época. Al final de los 80
fuimos testigos de la revolución más radical en el microcosmos de los discos
cuando Innova presentó el Phenix,
que desde entonces cambiaría el vuelo genérico de los discos de discgolf.
Dos de mis favoritos en el mundo del discathon
fueron lanzados por Innova en los 90, el Zephyr,
híbrido entre el ultimate y el discgolf y mi único disco en los últimos años de
mi carrera, y el Apple, más parecido a un disco de ultimate. En los 90 se
presentaron también los primeros discos de Millennium y un par de ellos
entraron en mi mochila: el JLS y
sobre todo el QMS, uno de mis
favoritos entre los mediadistancias.
Con el cambio del milenio empezó a aumentar el número de marcas, y vimos las primeras europeas, entre ellas Latitude 64 y WestSide Discs.
En la última década la fabricación de discos se ha
triplicado. Más marcas aún, entre ellas Dynamic
Discs, y más de 700 discos lanzados nos dejan la década más prolífera de la
historia de nuestro deporte.
En 1988 se celebró el Campeonato del Mundo Overall
en Colchester, una ciudad inglesa con mucha tradición de Frisbee. Una tarde se
nos acercó un hombre que traía un prototipo de disco que quería que probaramos
los jugadores. La gran mayoría le dijo que el perfil del disco era demasiado extremo
y que no le veían futuro. Desconozco como terminaron disco y diseñador. El
disco tenía un perfil parecido al de un Ballista.
Hoy en día todos nuestros drivers son así. Han pasado treinta años…