Un disco que ilumina la oscuridad del invierno nórdico
Ayer, de paso
por casa de Kate Brandal, amiga y compañera del mundo del frisbee durante
décadas, ella me preguntó si podría asistir a una cena sorpresa en la que
otro jugador de nuestro club se convertiría en miembro honorífico del mismo.
Aprovechando la visita, ella me ha dado unos discos conmemorativos del cuarenta
aniversario del club, Pancake Circle Limited, el primer club de noruega,
fundador de la Asociación Noruega de Frisbee allá por 1979. Para mi sorpresa el
disco, un UltraStar 175g, como bien debe de ser para un club fundado por
jugadores de Ultimate, incluye en su diseño el nombre de los cuatro primeros
socios honoríficos de su historia: Robert Tjernstad, Eirik Petersen, Kate
Brandal y el mío.
El primer
socio honorífico fue Robert Tjernstad, el “padre” del frisbee noruego, un
jugador que tras ver un programa sobre el deporte del disco volador en le
televisión sueca, y tras observar que no existía dicho deporte en su país, se
inscribió en la Federación Sueca de Frisbee. Con la ayuda de sus amigos, fundó
el primer club de Frisbee del país en Oslo: Pancake. Eirik Petersen, uno de sus
amigos y segundo socio honorífico del club, tomó inmediatamente el relevo y
empezó a promover el deporte del disco volador con gran ímpetu, una tarea que
realizó durante tres décadas y que culminó con la entrada de nuestro deporte en
la Federación Noruega de Deportes. Tanto Kate Brandal como yo hemos sido
discípulos de Robert y Eirik. Kate Brandal, cuarta socia honorífica, viene de una
familia con nada menos que cuatro jugadores de Ultimate, con un hermano mayor
como mentor, y una hermana melliza de cómplice durante muchos años. Kate ha
sido una de las noruegas que ha jugado en el Ultimate americano y siempre ha
sido una gran embajadora de nuestro deporte. Incombustible en su esfuerzo,
todavía juega torneos por nuestro club. Yo tengo el honor de ser el tercer
socio honorífico y veo a Pancake como mi casa, una entidad en la que he crecido
y me he desarrollado como jugador y en la que tengo a algunos de mis mejores
amigos. Pancake es una institución en el deporte del disco volador noruego, de
la misma manera que el Disc Golf Club Oviedo lo es para el disc golf español, y
es todo un honor ser el eslabón que une a esos dos grandes clubes. Por eso, en
un día frío y oscuro de invierno, un día de nieve en el que el frisbee es lo
último en lo que se piensa, un simple disco de Ultimate ilumina y me pone
contento.