Un torneo visto desde dentro: el Abierto de Berlín 2015 (IV)

Ha sido todo un placer ponerme mi propia ropa esta mañana. A veces las cosas más simples generan la mayores alegrías y esto es un ejemplo de ello.

El día ha amanecido soleado pero con mucho viento, un poco desapacible. Mi precalentamiento ha empezado en el paseo del hotel al campo, 15 minutos con mochila y maleta, lo justo para no sentir frío. El resto ha sido el ritual de siempre, lanzar con alguien, en este caso Erik Hammer, hacer unos cuantos drives y algunas aproximaciones, y una gran dosis de pateo. El pateo ha estado bien, pero no está al 100%.

Compañeros de equipo. Tobias Behrens, gran jugador
El grupo de la tercera ronda ha sido de lujo: Marvin Tetzel, Campeón de Europa juvenil en Ginebra, Tobias Behrens, compañero de equipo de Latitude, Elias Güldenhaupt, otro joven alemán con un brazo muy potente y por último Thomas Rasmussen uno de los mejores discgolfistas daneses. El salto de calidad se ha notado inmediatamente, han llovido birdies por todos los lados en los primeros seis hoyos, y yo por mi lado he mantenido la calma aunque me he visto superado en esta fase de la ronda. Al llegar al 10 y 11 ha sido mi turno y he hecho dos birdies de mucha calidad en ambos. Poco a poco la cosa se a igualado y al entrar en la caseta no estaba muy por detrás de la cabeza. He terminado con una nueva ronda de 51, y contento de nuevo. Con este tanteo he superado el primer objetivo en el Open, estar entre los 20 jugadores que acceden a las semifinal de nueve hoyos.

El almuerzo ha sido normalito pero abundante, justo lo que se necesita tras tres horas de paseo y perfecto para cargar las baterias.

En la semifinal he jugado en el segundo grupo y he comenzado desde una quinta posición. Mi táctica no ha cambiado para nada, mantener la calma, hacer los birdies se me presenten y evitar fallos. Mi grupo, ahora ya de cuatro jugadores, ha estado compuesto por Ralf Hüpper y Markus Koch, ambos Hyzernauts y de nuevo el danés Thomas Rasmussen. Hyzernauts es un club de discgolf muy grande de Postdam y del que son miembros, entre otros, el matrimonio Antonia y Michael Faber que nos visitó en el Asturias Disc Golf Invitational.

La cola en el hoyo 12 en la semifinal
Ha sido una semifinal muy interesante y de gran calidad, ya nos estábamos jugando un puesto en la final. Tanto a mi caddy Erik como a mi nos han impresionado Ralf y Markus, ambos potentes lanzadores que además demuestran mucha fineza en sus aproximaciones.

En esta ronda hemos jugado los siguientes hoyos: 1, 8, 9, 10, 11, 12, 15, 16 y 18. Los organizadores han alterado el ya largo hoyo 12 y le han añadido un 40 – 50 metros, lo que lo ha convertido en un par cuatro de casi 300 metros.

Ha sido impresionante jugar el hoyo doce, al llegar a la salida nos hemos encontrado con una cola de tres grupos, y al asomarnos al tee hemos averiguado la causa, un fuerte viento en contra que complica de gran forma el drive. Todos hemos tenido problemas con el primer lanzamiento, pero yo por lo menos he salvado el par. En general he jugado bien toda la ronda, y salvo el drive del hoyo 15, no he hecho casi fallos. Con ello he entregado una tarjeta de 26 (-4) que ha dejado en tercera posición y me ha asegurado una plaza en la final. Una gran alegría.

La tarjeta antes de la final: Carlos, Elias, Marvin, Tobias y Marian

Con esto he sobre pasado con creces mis objetivos. He asegurado la final y una quinta plaza, con lo que no me arrepiento de haberme cambiado al Open, aunque eso se lo debo a George Braun que desde mi llegada a Berlín ha dicho que debería hacerlo.

Tras un pequeño precalentamiento y las correspondientes fotos, ha comenzado la final en la cual he tenido la suerte de tener a George como caddy. En ella hemos jugado los siguientes hoyos: 1, 8, Karl Leid Wig, 12, 15, 16, 17, 18 y 3 y los finalistas han sido, Marvin Tetzel, Tobias Behrens, Elias Güldenhaupt, el ex golfista Marian Ludwig y yo.

La calle del Karl Leid Wig
El Karl Leid Wig en la final
En el primer y segundo hoyo hemos un birdie cada uno. Al llegar al tercer hoyo, el famoso Karl Leid Wig, me he dejado llevar por el momento y no he jugado el hoyo como debería de haberlo hecho. Este hoyo es en el que todo el mundo quiere hacer un Eagle. En lugar de pensar tácticamente, sacar un Mercy y asegurar un par, he sacado un Saint y he intentado lanzar bajo. El disco se ha ido a la derecha y ha desaparecido en los matorrales. Con George como asesor he interpretado la situación y he visto dos posibilidades: volver a la calle por el lado más corto lo que me dejaría con una aproximación larga y difícil para salvar el par, o intentar cruzar los matorrales para entrar en la calle más cerca de la canasta. Hemos decidido intentar la última variante ya que no veíamos que se podía ganar mucho con la primera. Mi disco ha tocado un árbol y se ha ido a la calle del 11, una posición en la que me era totalmente imposible acercarme a la canasta. He tenido que hacer un anhyze muy fino para retornar a la calle y después una aproximación muy presionada para quedarme al lado de la canasta. Esto me ha dejado con un bogie, algo que me ha dejado tocado anímicamente. Mi compañero de Latitude, Tobias, ha hecho un drive increíble y se ha quedado a unos 10-12 metros de la canasta. Ha sacado su putter y en un momento inolvidable ha hecho el séptimo Eagle de la historia del hoyo en 28 años. Algo hermoso e inolvidable.

De ahí al final todos mis drives han caído demasiado rápido, mis aproximaciones se han quedado un poco cortas y mis pats han desaparecido del mapa. Han sido unos cinco hoyos muy pesados y al final me he sentido exhausto mentalmente. Marvin y el resto del grupo han jugado al mismo nivel y han mantenido sus posiciones. Marvin se ha llevado una victoria muy justa y merecida, Tobias y Elias han compartido la segunda posición y Marian se ha llevado el cuarto puesto.

Mr. Pom Holliday, un ejemplo a seguir para todos nosotros
Antes de la ceremonia de trofeos he hablado con muchos de los jugadores y he tenido la oportunidad de hablar un ratito con Pom Holliday, que me ha seguido tanto en la semifinal como en la final y que me ha pedido una foto. Me ha dicho que le gusta mi forma de jugar, que el interpreta como muy calmada y poco brusca, un piropo que me ha venido muy bien tras la final. Pom es en mi opinión un ejemplo a seguir y personifica el espíritu del deporte del frisbee en general: ha sido el jugador que ha hecho el viaje más largo, ha quedado el último en el Open, pero a pesar de todo esto ha animado al resto de los jugadores, ha sido amable con todos y nunca ha dejado de sonreir. Deberían de tomar nota muchos de los discgolfistas que andan por nuestros campos, todo un caballero. Tras la foto, Pom y yo nos hemos puesto de acuerdo en que si a Tailandia tengo que visitar su isla y jugar su campo, algo que tal vez pueda ser factible para alguna vacación en plan familia con mi amigo Torleiv.


Tras tres días de mucho estrés en Berlín mi conclusión es clara: la final ha sido, sin duda alguna, mi peor ronda. Un total de dos bogeys y un birdie me han relegado a la quinta posición. Me ha quedado un pequeño mal sabor de boca, pero de todas formas estoy muy contento el resto de mis rondas, con el resultado global del torneo y con lo que he conseguido. He jugado el Karl Leid Wig, y eso es algo que casi nadie conseguido hacer a lo largo de su carrera, a mi me ha llegado tarde, pero más vale tarde que nunca. Ahora la historia dirá quien es el siguiente español que lo juega, estoy seguro de que no vamos a esperar muchos años…


La vencedora en féminas ha sido la noruega Lydie Helgren, mientras que en Master ha sido mi compañero de la segunda ronda Martin Doerken el que se ha llevado el título.

El campo.
Página del torneo.
Resultados PDGA.

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