ADGI 2015: el relato de Anders, un discgolfista noruego en Oviedo




Anders, amigo y compañero de batallas, participó el pasado fin de semana en el  Asturias Disc Golf Invitational, y viajó desde Bergen con su compañero de equipo Marcus. Estas son sus impresiones sobre el fin de semana.
Aprovecho para agradecer al grupo de noruegos su visita a Oviedo: Anders, Marcus, Torleiv, Harald, Rune, Frode y Knut.

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Anders y Claudio, pareja de dobles del domingo
Era ya viernes y aunque había tenido una semana laboral muy dura con viajes por todo el oeste de Noruega, no fue nada difícil despertar. A las cinco menos cuarto me levanté y pasé a buscar a Marcus para irnos al aeropuerto. Siempre es agradable viajar con alguien, pero especialmente con Marcus que se decidió a viajar en el último momento. En mis viajes con Marcus siempre sucede algo memorable.

El viaje transcurrió sin problemas, aunque fue bastante largo. A las ocho y media de la tarde nos unimos al resto de los discgolfistas en la reunión de jugadores y pudimos asistir a la introducción de los hoyos del campo. Nos dimos cuenta de que había sido una buena idea asistir, porque el campo tenía mucha complicación. Tras la reunión nos fuimos a cenar con Carlos a modo de guía y la mayoría de los extranjeros a un restaurante en el centro de Oviedo. Después una gran cena, volvimos al hotel, cansados de tanto ajetreo. El AC Forum nos sorprendió por su localización, su buena comida, su nivel y sobre todo por su precio, muy asequible.

El sábado por la mañana nos buscaron Raúl y Carlos en el “Ferrari” del primero. Teníamos ganas de probar todos los hoyos antes de comenzar el torneo, pero solo nos dio tiempo a ver la mitad. Cuando sonó la señal, solo había probado nueve los dieciocho hoyos, y no me sentía muy seguro de cómo funcionaría mi primera ronda. Empecé de la peor manera, con un bogey en el temido hoyo ocho, pero mi juego mejoró rápidamente y el resultado fue bueno teniendo en cuenta de que era mi primera ronda desde el campeonato de Noruega y que desconocía el campo. Terminé con 55, lo suficiente como para ir en cabeza con Carlos. Marcus tuvo menos suerte y terminó con 62 lanzamientos.

El Disc Golf Club Oviedo nos invitó al almuerzo del sábado, en la cual disfrutamos de buena comida, una gran vista de la ciudad y de la típica conversación de discgolfistas que cuentan batallitas. Uno de los muchos grandes momentos del fin de semana.

La segunda ronda fue, como era de esperar, un poco peor y dominada por mi mal pateo, algo normal en Enero. Un resultado de 59 describe perfectamente la ronda. Marcus jugó mejor que en la primera ronda, pero un once en el hoyo once hizo que terminara con 65 lanzamientos.

Volvimos cansados al hotel y nos preparamos para la fiesta de la noche, algo que ambos esperábamos ansiosos, aunque por diferentes razones. Teníamos ganas de conocer al resto de los jugadores disfrutando de una cena tradicional española. Uno de nosotros tenía además muchas ganas de probar la sidra asturiana, mientras que el otro quería aprovechar la ocasión para conversar con una de las espectadoras. Quien quiera que sea, será nuestro secreto. 
Marcus y la sidra

Tras mucho ajetreo, dos taxis y una visita a La Casona incorrecta, llegamos Marcus, Harald, provisional miembro de nuestro grupo de Bergen, y yo, a La Casona de la Montaña. La fiesta fue de lo mas animado, y se convirtió en otro de los grandes éxitos del fin de semana. Por varias razones de las cuales hablaremos en otra ocasión ☺ 

El domingo amaneció con niebla, pero cuando desapareció pudimos utilizar por fin los pantalones cortos que habíamos llevado en la maleta. Marcus jugó su mejor ronda y acabó con un 58, tras un comienzo bastante malo, algo incomprensible tras los sucesos de la noche anterior ☺. Sus nueve últimos hoyos sin fallo alguno y con siete birdies demuestran el potencial de este joven jugador. 

Mi ronda fue un poco irregular y mi tarjeta de 55 no fue suficiente para poder luchar por la victoria, que era mi gran objetivo. Mi resultado me decepcionó un poco, pero también me dejó con muchas sensaciones positivas. Mi juego fue solido toda la ronda, y mi pateo empezó a funcionar de nuevo. Además tuve la oportunidad de jugar en un super grupo con Lars Jaeger, Martin Rotmeister y Carlos, un Carlos que exhibió un juego totalmente sólido durante todo el fin de semana logrando así una victoria muy merecida. Impresionante teniendo en cuenta su falta de preparación debido a su lesión en el codo y la dificultad añadida de todas sus tareas como director del torneo. Es una gran experiencia ver a Carlos cuando entra el modo de “máquina” como hizo en la tercera ronda. 

Cuando pienso en el fin de semana me doy cuenta que la segunda plaza ha sido un buen resultado. 

El podio en el Open: Estonia, España y Noruega
Terminada la tercera ronda nos metimos de nuevo en el Ferrari de Raúl y nos fuimos a comer a Burger King. De allí nos volamos al otro campo de disc golf de la ciudad, nuevo tanto para Marcus como para mi. Tras una pequeña pausa para componer la parejas de juego, nos pusimos manos a la obra para jugar nueve hoyos. A mí me tocó con Claudio, uno de los jugadores locales. Me gustó mucho poder jugar en otro campo y con otro formato tras un fin de semana muy competitivo. Claudio y yo nos divertimos un montón en nuestros nueve hoyos y terminamos con un 28. La ronda fue el final perfecto para un fin de semana fantástico. Tras la ceremonia de trofeos terminamos la jornada con una cena en un restaurante de la ciudad.

El fin de semana ha sido todo un éxito. La organización del torneo funcionó a la perfección, tanto a nivel deportivo como a nivel de experiencia. Quiero dar las gracias al Disc Golf Club Oviedo por un gran evento, a Raúl y su Ferrari por su ayuda con nuestro transporte, a Carlos por otra exhibición más en el campo, y al resto de la gente por un fin de semana fantástico. Espero ser invitado el año que viene, porque ya tengo ganas de volver, por muchas y variadas razones.


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