Una competición vista desde dentro: Bergen Open - Tour noruego (parte IV)
Análisis y conclusiones
Como ya he explicado anteriormente, mi filosofía de discgolf esta basada en el perfeccionamiento del juego y no en los resultados. El proceso es lo que me interesa y fascina, y con el siempre como base intento mejorar todas las partes de mi juego. El análisis es sumamente importante y un factor crucial para remodelar constantemente mi entrenamiento.
El proceso es simple: analizar todos los lanzamientos y encontrar patrones técnicos, tácticos y mentales que expliquen lo sucedido. Esta es una tarea pesada pero divertida.
Para poder cambiar la dinámica y reajustar mi juego tengo que ser duro conmigo mismo y contestar mis propias preguntas con gran sinceridad:
• Cuando he fallado un putt, ¿ha sido consecuencia del temor, de la indiferencia o he subestimado su dificultad?
• ¿He tomado las decisiones tácticas correctas?
• ¿He perdido la cabeza en algún momento?
• ¿He permitido que el juego de los demás repercuta en el mío propio?
Al visualizar el torneo, me hago preguntas de este tipo en cada uno de los hoyos y lanzamientos. Es duro aceptar, por ejemplo, si he sido un poco cobarde en alguna disposición táctica, pero es la única manera de aprender y rectificar.
Esta es un tarea metódica y un poco cansina, pero al mismo tiempo gratificante y efectiva. Es fácil calcular cuanto tiempo se utiliza: en Bergen he jugado 72 hoyos y he hecho 223 lanzamientos. Técnicamente he tomado 223 decisiones, bueno, en realidad unas cuantas menos ya que la mayoría de los segundos putts han sido muy cortos y no necesitan ningún tipo de proceso mental.
Con los datos ya analizados, intento encontrar patrones de juego y sacar conclusiones. Me hago preguntas de este tipo:
• ¿Cómo han funcionados los discos?
• ¿Existe algún tipo de lanzamiento que ha fallado claramente?
En Bergen he encontrado varios patrones, y dos muy claros: los discos han funcionado perfectamente y los pocos lanzamientos de derecha que he realizado no han funcionado.
En lo referido a los discos el Maze ha respondido cada vez. Lo mismo han hecho el Escape y el Trespass. Este torneo ha confirmado que los tres tienen un sitio reservado en mi bolsa. Una conclusión positiva y alentadora.
Los lanzamientos de derecha constituyen una lectura menos positiva. No he hecho muchos, y todos han sido aproximaciones. Todos han sido lanzamientos bajo presión en los que he tenido que posicionarme de forma incomoda para llevarlos a cabo. Los he fallado todos. Fallos con graves consecuencias y totalmente innecesarios. Esto significa que esta semana empiezo a entrenar “derechazos” desde posiciones incómodas.
Podría seguir “desguazando” mi juego, pero tampoco puedo contarlo todo, algún secreto tengo que dejar para mí y los jugadores con los que coopero ☺
Como véis mi proceso es como un puzle que desmonto, analizo, y monto de nuevo.
Espero que esto os dé una indicación de cómo se puede trabajar. No es una solución universal, y es desde luego discutible, pero en mi caso funciona …
Como ya he explicado anteriormente, mi filosofía de discgolf esta basada en el perfeccionamiento del juego y no en los resultados. El proceso es lo que me interesa y fascina, y con el siempre como base intento mejorar todas las partes de mi juego. El análisis es sumamente importante y un factor crucial para remodelar constantemente mi entrenamiento.
El proceso es simple: analizar todos los lanzamientos y encontrar patrones técnicos, tácticos y mentales que expliquen lo sucedido. Esta es una tarea pesada pero divertida.
Para poder cambiar la dinámica y reajustar mi juego tengo que ser duro conmigo mismo y contestar mis propias preguntas con gran sinceridad:
• Cuando he fallado un putt, ¿ha sido consecuencia del temor, de la indiferencia o he subestimado su dificultad?
• ¿He tomado las decisiones tácticas correctas?
• ¿He perdido la cabeza en algún momento?
• ¿He permitido que el juego de los demás repercuta en el mío propio?
Al visualizar el torneo, me hago preguntas de este tipo en cada uno de los hoyos y lanzamientos. Es duro aceptar, por ejemplo, si he sido un poco cobarde en alguna disposición táctica, pero es la única manera de aprender y rectificar.
Esta es un tarea metódica y un poco cansina, pero al mismo tiempo gratificante y efectiva. Es fácil calcular cuanto tiempo se utiliza: en Bergen he jugado 72 hoyos y he hecho 223 lanzamientos. Técnicamente he tomado 223 decisiones, bueno, en realidad unas cuantas menos ya que la mayoría de los segundos putts han sido muy cortos y no necesitan ningún tipo de proceso mental.
Con los datos ya analizados, intento encontrar patrones de juego y sacar conclusiones. Me hago preguntas de este tipo:
• ¿Cómo han funcionados los discos?
• ¿Existe algún tipo de lanzamiento que ha fallado claramente?
En Bergen he encontrado varios patrones, y dos muy claros: los discos han funcionado perfectamente y los pocos lanzamientos de derecha que he realizado no han funcionado.
En lo referido a los discos el Maze ha respondido cada vez. Lo mismo han hecho el Escape y el Trespass. Este torneo ha confirmado que los tres tienen un sitio reservado en mi bolsa. Una conclusión positiva y alentadora.
Los lanzamientos de derecha constituyen una lectura menos positiva. No he hecho muchos, y todos han sido aproximaciones. Todos han sido lanzamientos bajo presión en los que he tenido que posicionarme de forma incomoda para llevarlos a cabo. Los he fallado todos. Fallos con graves consecuencias y totalmente innecesarios. Esto significa que esta semana empiezo a entrenar “derechazos” desde posiciones incómodas.
Podría seguir “desguazando” mi juego, pero tampoco puedo contarlo todo, algún secreto tengo que dejar para mí y los jugadores con los que coopero ☺
Como véis mi proceso es como un puzle que desmonto, analizo, y monto de nuevo.
Espero que esto os dé una indicación de cómo se puede trabajar. No es una solución universal, y es desde luego discutible, pero en mi caso funciona …