Una competición vista desde dentro: Bergen Open - Tour noruego (parte II)


Primer día de competición. A las siete de la mañana desayuno y charla. Se nota que todos estamos un poco nerviosos, pero también se ve que hay muchas ganas de empezar a jugar.
A las ocho me pongo a lanzar y patear. Un cuarto de hora antes de la salida, y al ser el primero listado en mi grupo, busco las tarjetas de todos y las tengo preparadas para cuando mi grupo se reúna en nuestro primer hoyo, el 14. Es un grupo con jugadores de todos los niveles, un juvenil, un par de amateurs y dos jugadores de la categoría absoluta (la que en disc golf llamamos Abierta).
Es un día proco agradable, tres grados y mucho viento, un día en el que hay mantenerse concentrado todo el tiempo porque cualquier pequeño detalle puede costar lanzamientos.

Mi grupo de primera ronda: Olav, Trond, Terje, yo y Isak
Mi ronda trascurre con bastante tranquilidad, los drives no están del todo a 100%, pero las aproximaciones y los putts funcionan bien toda la mañana.  A las 12:30 acabamos el último hoyo, han sido tres horas y media de juego intenso.
Mi tarjeta indica 51 lanzamientos. Nadie más en el grupo ha bajado de los 60. Como es costumbre nos damos mutuamente las gracias por la partida, calculamos las tarjetas y controlamos los totales. Tenemos que estar seguros de que las cifras son correctas para evitar que nos penalicen por entregar tarjetas con resultados incorrectos. Las recojo y las llevo al secretariado, que en esta caso está localizado en el colegio más cercano al campo. La cafetería está llena de jugadores hablando de su ronda, de lo bueno, lo malo y todo lo que podría haber pasado. Nuestro grupito recoge los sándwiches y nos vamos a casa de Anders a comer y descansar un rato. Somos seis y tenemos a gente contenta como Frode, Per-Erik, Terje y yo, y gente descontenta como Truls y Anders. Anders tiene fiebre y no ha jugado bien.  Se como se siente y tiene mi simpatía. Lo comprendo perfectamente.

La segunda ronda arranca a las dos de la tarde. Como el líder tengo de nuevo que recoger las tarjetas y llevarlas al primer hoyo. Es un poco pesado tener que hacer esta tarea, pero cuando vas ganando se lleva más fácil ☺

Un grupo a este nivel está compuesto por jugadores experimentados. Tres de los cinco vivimos en la casa de Anders: Frode, Per-Erik y yo. Todos hemos competido más de 15 años.
La ronda comienza mal para mi. Un bogey (uno sobre par) en el primer hoyo. Me veo obligado a concentrarme para no ceder más terreno. Los cinco siguientes hoyos son mejores para mí, pero todos jugamos relativamente bien y no cambia mucho el panorama. En el hoyo más difícil del campo, un par tres diseñado en forma de isla, se abre la caja de las sorpresas y hacemos 2,3,4,5 y 7 respectivamente. Bogeys en el ocho, nueve y diez, me dejan muy tocado mentalmente. Tengo utilizar todos mis recursos mentales para no dejar que los pensamientos negativos se apoderen de mi. Un birdie en el hoyo 1 me devuelve a la dinámica positiva y de ahí hasta el 18 mi juego vuelve a ser sólido y seguro. Termino con 55, para mi una ronda más bien mala, pero no una catástrofe. Solo uno en mi grupo ha jugado mejor que yo. Sigo en cabeza con un lanzamiento, pero ahora delante de Frank que es un jugador que lleva compitiendo desde los años ochenta. Estoy relativamente contento con mi juego. Un análisis de todos los lanzamientos del día indica que en la segunda ronda me han  fallado más las aproximaciones y el pateo. Mañana tengo que intentar mejorar este aspecto de mi juego.

El día termina con una cena en un restaurante chino en el centro de Bergen y una corta tertulia antes de retirarnos. Tenemos que acostarnos relativamente temprano ya que la tercera ronda arranca a las ocho de la mañana y estaremos ya en pié a las seis.

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