¿Son tan importantes los discos en el discgolf?


Los discos son probablemente la herramienta más discutida en nuestro microcosmos. Todos hablan de ellos antes, durante y al terminar los torneos. Todos los años se fabrican nuevos modelos y nuevas marcas llegan al mercado. Siempre aparece un nuevo disco que TENEMOS que llevar en nuestra bolsa de discgolf. Nuevos plásticos, nuevos perfiles, nuevas características. Más distancia, mayor estabilidad de vuelo, más velocidad. ¿Necesitamos seguir esta “carrera de armamentos”?

¿Con qué frecuencia cambiamos de discos? Parece que la frecuencia es proporcional a la distancia que vuelan. Los drivers se cambian más a menudo que los midrange (de media distancia), y estos a su vez con más frecuencia que los putters.

Con los drivers siempre estamos pensando en la distancia. Deseamos que los midrange tengan un vuelo previsible, y que nuestros putters sean fiables. En el campo siempre se escuchan discusiones sobre “imprescindibles” cambios de drivers. Parece que los jugadores piensan principalmente en los discos y poco en las repercusiones que su elección puede tener en el juego.

Según interpreto yo este tema, la gran pregunta es si “X” más metros en un drive son esenciales e imprescindibles para mi juego. Existe un factor que se olvida: el cambio discos significa un cambio de técnica que va a repercutir en nuestro entrenamiento. ¿Compensa este cambio el tiempo que vamos a utilizar para dominar su vuelo? Si tenemos mucho tiempo en nuestras manos, seguramente. Si, como la mayoría de los jugadores tenemos una vida aparte del discgolf, es posible que el cambio nos salga un poco caro. Aunque solo probemos los nuevos discos en los entrenos, nuestra técnica se va a ver afectada por el cambio de herramienta.

A veces este cambio puede ser inevitable. Tras cuatro años de ausencia en el tour noruego, volví a la competición en la primavera 2009. En mi primer torneo observé que la gran mayoría de los jugadores tenían muy buena distancia en sus lanzamientos de salida. Nunca he sido un jugador con un gran brazo, pero me pareció curioso que la mayoría de los jugadores experimentados me superasen en el drive. Cuando empecé a indagar, me di cuenta de que había salido al mercado un nuevo tipo de disco: el driver de larga distancia (DLD). En ese momento solamente vi una solución: probar estos discos tan modernos y tentadores. En una situación de este tipo es bueno tener amigos que siempre tienen lo último, y que prueban constantemente las novedades que ofrece el mercado del discgolf. Torleiv fue mi rescate, me dejó probar siete modelos, y en cuestión de una tarde ya noté una gran diferencia. Mis antiguos drivers de calle (DC) volaban entre 10 y 15 metros menos que los que mi amigo me había dejado. Una diferencia muy significativa, sobre todo en competición, y que me obligó a añadir un DLD a mi bolsa. Desde entonces llevo un DLD, un DC, un media distancia (M) y un putter. Con esta selección tengo cubiertas todas mis necesidades.

Pienso que aunque hay momentos en los que un cambio de discos puede ser práctico, a veces incluso inevitable, se debe de tener en cuenta que este cambio puede repercutir negativamente en nuestro juego. Si lo pensamos fríamente, en la mayor parte de los casos el problema no es el disco sino el jugador.

Comprendo de todas formas la fascinación que existe cada vez que salen al mercado nuevos discos. Al fin y al cabo este es un tema muy personal.

Lo que es seguro es que SÍ, los discos son MUY importantes, y la elección final es tuya. De todas formas el disco no lo es TODO :-)

Comentarios

  1. Muy interesante el artículo

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  2. Tras leer el artículo me surgen unas preguntas:
    para los que estamos empezando, ¿sería conveniente empezar jugando con los dos tipos de driver (DC y DLD), u optar de momento por uno de ellos? ¿notaríamos esa diferencia de alcance teniendo en cuenta que, en general, aún no llegamos muy lejos en nuestros lanzamientos?

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  3. Hola Anónimo :-)

    Como ya he explicado anteriormente, me parece que lo mejor es empezar a jugar con algo controlable y fácil de lanzar. En general esto significa un M (media distancia) o un putter. Cuando ya se tiene control del vuelo, se puede añadir un DC. Los DLD serían lo último en entrar en la bolsa del discgolfista.
    Me parece que la progresión en el juego va de control a distancia y no al revés. Es posible empezar por el otro lado, pero me parece menos efectivo.

    Carlos

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